NUESTRA ESCUELA

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LEYENDAS Y CREENCIAS



LEYENDAS Y CREENCIAS DE NUESTRO PAIS

Las leyendas de un país resultan una fuente rica para acercar a los niños a los valores, costumbres, flora y fauna de una nación. Además las historias que portan desarrollan la imaginación, la creatividad y las posibilidades con el lenguaje.


• Es importante en la escuela reconstruir la memoria de nuestras tradiciones, ya que una de sus funciones es fortalecer nuestra identidad.
• Si aprendemos a respetar nuestras tradiciones estaremos mejor dotados para enfrentar la incertidumbre del futuro.
Las leyendas portan los modos de sentir y pensar de los pueblos, transmitidas oralmente de generación en generación, a través del tiempo. Contienen, además, una particular relación con los animales, las plantas y otros elementos de la naturaleza, contextualizados en paisajes del patrimonio nacional. Esta particular relación con lo natural y regional se da a través de historias con componentes fantásticos muy ligados a los intereses de los niños cuyas edades oscilan entre los cuatro y los ocho años. Alicia Zaina, especialista en literatura infantil, plantea que “Mientras que el cuento narra hechos ficticios, la leyenda cuenta hechos considerados verdaderos por su comunidad de origen. La función del cuento es recreativa y estética, mientras que la leyenda busca referir o explicar (siempre desde la óptica de la comunidad que la creó) por ejemplo, el origen de diferentes seres o elementos de la naturaleza (leyendas sobre el origen del fuego, ciertos pájaros, la luna, etc.).”


 HOY PRESENTAMOS:

"GILANCO, EL VIENTO ZONDA" (27/10/10)

Cuentan los viejos sabios que había un indio que era el mas fuerte y ágil de su tribu, que trepaba fácilmente los cerros con sus piernas musculosas y cazaba sus presas saltando como el puma y disparando sus flechas con asombrosa puntería sin errar jamás.

Los dioses le habían proporcionado un gran físico, y todo esto hacia que Gilanco, tal era su hombre, fuera muy admirado y seguido por todos.
Solo para distraerse, Gilanco, trepaba las montañas de la cordillera hasta sus cumbres mas altas, y en su camino arrasaba con cuanto animal cruzaba, aun sus crías mataba, cosa que los demás indios respetaban. Corría como el viento destruyendo todo.
Lo que enojaba a Yastay, máxima divinidad, era que Gilanco no mataba para comer ni para vestirse, pues cazaba por pura diversión.


Un día se tendió a dormir la siesta debajo de un algarrobo, no sin antes haber exterminado a una familia de guanacos, y fue entonces cuando escucho unos suaves pasos con su fino oído de cazador..
- ¿Quien interrumpe mi siesta? - grito muy irritado. No hubo respuesta. Luego escucho un ruido brusco y seco.
- ¡Yastay!...- murmuro mientras reconocía al dios en los signos de natura.
El soberbio, el cruel que mataba sin piedad, por placer, temblaba como una hoja al viento.
Frente a el estaba Yastay, mostrando su rostro de dios mirándolo duramente.
Gilanco estaba lleno de miedo, sentimiento desconocido hasta ese momento, y que lo tenía paralizado. Sabia que Yastay era implacable cuando castigaba.
Yastay dijo Gilanco, escucha atentamente porque solo esta vez hablare. Pachamama no aprueba lo que haces, esta muy dolida y enojada. Utiliza tu habilidad para el bien y no para asesinar mis criaturas o recibirás un gran castigo - Yastay había hablado, acto seguido desapareció como un remolino.
Gilanco se asusto, pero no por mucho tiempo, pues pronto volvio a hacer de las suyas y con mas crueldad.
No había transcurrido mucho tiempo cuando Pachamama se le aparecio esta vez. Gilanco acababa de disparar una flecha que quedo suspendida en el aire y una voz trono en toda la montaña.
-¿Dónde estas?- gritaba desesperado mientras buscaba aca y aculla la voz que lo hacia temblar.
Pero no podía verla porque nubarrones de polvo arenoso se habian levantado como desde las entrañas de la tierra.
Y Pachamama dijo: -Gilanco, has tenido tu oportunidad que has desaprovechado siendo muy despiadado y cruel. Aquellos que hagan lo que tu recibirán el mismo castigo.
Y el polvo empezó a levantarse de los suelos mientras las criaturas y los habitantes buscaban refugio invadidos de terror. De pronto se formo un remolino que atrapo a Gilanco y comenzó a elevarlo hacia los cielos. Luego el viento caliente comenzó a alejarse atravesando las distancias y llevando su mensaje: No se debe ir contra Pachamama, aquellos que lo hagan terminaran envueltos en un remolino originado por su propia maldad y se levantara un viento que arrasara con todo lo que haya sobre la tierra.


Julio Elias Quatropani

http://www.quattropani.com.ar/qtt/index.php/acerca-de-mi/38-antiguos/99-el-viento-zonda



"ELAL Y LOS ANIMALES" (26/10/10)
Presentación de un corto de animación basado en el mito de creación del pueblo aonikenk de la Patagonia. Este mito relata el origen de la tierra y la historia de Elal, hijo del gigante Noshtex. Noshtex está envidioso de Elal y lo persigue para matarlo. Los animales crean un plan para salvar a Elal que consiste en llevarlo a una tierra lejana: la Patagonia.



Dirección: Ana María Pavez .


"LOS INVENTOS DE ELAL" (23/10/10)

Dicen los Tehuelches que la Patagonia era sólo hielo y nieve cuando el cisne la cruzó, volando por primera vez. Venía desde mas allá del mar, de la isla divina donde Kóoch había creado la vida y donde había nacido Elal, a quien cargó en su blanco lomo hasta depositarlo sobre la cumbre del cerro Chaltén (Ubicado en la zona cordillerana de Santa Cruz, conocido hoy como el cerro Fitz Roy).
Dicen también que detrás del cisne volaron el resto de los pájaros, que los peces los siguieron por el agua y que los animales terrestres cruzaron el océano a bordo de unos y de otros. Así la nueva tierra se pobló de Guanacos, de liebres y de zorros; los patos y los flamencos ocuparon las lagunas y surcaron por primera vez el desnudo cielo patagónico los chingolos los chorlos, y los cóndores. Por eso Elal no estuvo solo en el chalten: Los pájaros le trajeron alimentos y lo cobijaron entre sus plumas suaves.
Durante tres días y tres noches permaneció en la cumbre, contemplando el desierto helado que su estirpe de héroe transformaría para siempre. Cuando Elal comenzó a bajar por la ladera de la montaña le salieron al encuentro Kókeshke y Shie, el frío y la nieve. Los dos hermanos que hasta entonces dominaban la Patagonia lo atacaron furiosos, ayudados por el hielo y por Máip, el viento asesino. Pero Elal ahuyentó a todos golpeando entre sí dos piedras que se agacho a recoger, y ese fue su primer invento: el fuego.
Cuentan que Elal siempre fue sabio, que desde muy chiquito supo cazar animales con el arco y la flecha que el mismo había inventado. Que ahuyentó al mar con sus flechazos para agrandar la tierra, que creó las estaciones, amansó a las fieras y ordenó la vida. Y que un día modelando estatuitas de barro, creó a los hombres y las mujeres, los tehuelches, a ellos, los Chónek les confió los secretos de la caza: les enseño a diferenciar las huellas de los animales, a seguirles el rastro y a ponerles el señuelo a fabricar las armas y a encender el fuego. Y también a fabricar abrigados quillangos, a preparar el cuero para los toldos hasta dejarlo liso e impermeable...y tantas, tantas otras cosas que tan solo el sabía.
Cuentan que hasta la luna y el sol están donde están por obre de Elal, que los echó de la tierra porque no querían darle a su hija por esposa. Y que el mar crece con la luna nueva porque la muchacha, abandonada por el héroe en el océano quiere acercarse al cielo, desde donde su madre la llama. Y también que si no fuera porque una vez, hace muchísimo tiempo, cuando hombres y animales eran la misma cosa, Elal castigó una pareja de lobos de mar, no existirían el deseo ni la muerte. Finalmente Elal, el sabio, el protector de los Tehuelches, dio por terminados sus trabajos.
Dicen que un día, poco antes del amanecer, reunió a los chónek para despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones. Les anunció que se iba, pidió que no le rindieran honores, pero sí que transmitieran sus enseñanzas a sus hijos, y éstos a los suyos, y aquellos a los propios, para que nunca murieran los secretos tehuelches. Y cuando el sol ya se asomaba en el horizonte Elal llamó al cisne, su viejo compañero. Se subió a su lomo y le indicó con un gesto el este ardiente. Entonces el cisne se alejó del acantilado, corrió un trecho y levantó vuelo por encima del mar.
Inclinándose sobre el ave que lo llevaba, y acariciando su cuello, Elal le pidió que le avisara cuando estuviera cansado. Cuando el cisne se quejaba, Elal disparaba una flecha hacia abajo, y con cada flechazo surgía en al agua una isla donde era posible posarse a descansar. Dicen que varias islas se distinguen todavía desde la costa patagónica y que en alguna de ellas muy lejos, donde ningún hombre vivo pude llegar, vive Elal. Sentado frente a hogueras que nunca se extinguen, escucha las historias que le cuentan los tehuelches que resucitados llegan cada tanto para quedarse con él, guiados por el magnánimo Wendéunk. (Espíritu tutelar que lleva la cuenta de las acciones de los tehuelches y los conduce, después de muertos, al encuentro de Elal).

Leyenda Tehuelche









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